Hoy en día los motores con turbo son habituales en la mayor parte de coches. Sin embargo, como es común debido a desconocimiento podemos llevar a cabo algunas malas prácticas que pueden acortar la vida útil de nuestro turbo.
Es así que te dejamos dos recomendaciones que ayudan a evitar este desgaste prematuro de nuestro motor y turbo.
FOTO: Daimler AG/Mercedes-AMG
1. Esperar el ralentí después del arranque
Debemos esperar por lo menos un minuto después de darle arranque a nuestro vehículo esto con el objetivo de que el aceite llegue a todos los componentes del motor.
Para que esto se haga de manera efectiva debemos recordar que el motor debe alcanzar cierta temperatura.
Esta lubricación evita daños por fricción que pueden dañar los componentes internos del turbo.
2. No apagar el coche de golpe al estacionar
Dejar que repose el motor y se enfríe de forma gradual permitirá que el turbo baje de revoluciones y se enfríe sin perjudicar los componentes internos
Si apagamos de golpe estamos aumentando el desgaste de estos componentes ya que seguirán rodando por inercia, pero sin lubricación
Por otro lado, al apagar el coche de golpe el aceite que queda en el interior puede llegar a carbonizarse, dejando depósitos que lleven a una avería y mal funcionamiento del vehículo